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Exámen Clínico

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Desde la década de 1940 hasta principios de los 1970s, el protocolo común para el monitoreo de cancer cervical era tratar a la mayoría de las mujeres con hallazgos anormales en el Papanicolau haciéndoles una biopsia cervical. La evaluación patológica de estos especímenes de tejido permitió esclarecer que la mayoría de los hallazgos anormales de Pap smear estaban asociados con cambios epiteliales menores con una baja predisposición a transformarse en malignos.

Este sobretratamiento sistemático era claramente inaceptable por razones de costo, así como complicaciones quirúrgicas (y luego, relativas al embarazo) que ocurren en mujeres saludables, típicamente jóvenes en quienes el procedimiento fue realizado. El añadir evaluación colposcópica como un paso intermedio en este protocolo fue rápidamente aceptado como una forma de identificar mujeres realmente necesitadas de una terapia quirúrgica. Esto redujo dramáticamente el número de biopsias de cono innecesarias, así como permitió delinear de manera más adecuada una serie de lesiones en las cuales la terapia quirúrgica resulta apropiada


Durante un frotis o examen de Papanicolaou se extraen células del cuello uterino y del exterior de éste por medio de un raspado suave. Este examen se realiza para detectar condiciones cancerosas o precancerosas del cuello uterino.

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La importancia de un despistaje y evaluación precisos del cáncer cervical no puede ser reemplazada. A la vuelta del último siglo, el cáncer cervical fue el que afectó a mas mujeres a nivel mundial, así como la malignidad más común entre mujeres en los Estados Unidos. Debido mayormente a la amplia implementación de programas de despistaje efectivos (por ejemplo, Colposcopia) la frecuencia de este cáncer se ha reducido dramáticamente en los Estados Unidos. Aún así, un estimado de 15,000 nuevos casos ocurren anualmente en este país, y aproximadamente un tercio de ese número deriva en muertes cada año. Adicionalmente, 45,000 casos de lesiones premalignas de alto grado son detectadas. Fuera de los Estados Unidos, especialmente en países en desarrollo, la prevalencia de cáncer cervical se mantiene alta. A finales del siglo 20 esta fue la segunda causa de muerte femenina a nivel mundial.

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Un factor crítico en el desarrollo de la vasta mayoría de los casos de cáncer cervical es la adquisición de un virus que facilita el cambio del epitelio cervical normal a uno displásico y, ultimadamente, tejido maligno. El virus implicado en este proceso actualmente una familia de virus conocido como virus de papiloma humano (VPH). Se conocen de 70 a 80 variedades de este vius, cada uno con diferente potencial de causar transformación maligna. Un pequeño número de estas especies virales parecen tener una fuerte predilección a la malignidad. Estos virus se obtienen típicamente a través del contacto sexual, haciendo el cáncer cervical un tipo de enfermedad venérea en la opinión de algunos. En los Estados Unidos se estima que cada año ocurren de 2 a 3 millones de nuevos casos de infección de VPH. Mediante el examen citológico se ha encontrado que hasta un 3% de las mujeres en los Estados Unidos evidencian signos de VPH en algún momento. Esto es evidencia de la enorme propagación de esta enfermedad, potencialmente devastadora.

La biopsia dirigida por colposcopia es un procedimiento en el que se examina el cuello uterino con un colposcopio para detectar anomalías y extraer una muestra de tejido.


Normalmente, las glándulas cervicales producen una secreción de moco transparente que drena hacia abajo, mezclándose con bacterias, células desechadas y secreciones de la glándula de Bartolini. Si la secreción tienen un color, olor o consistencia anormal o fuese muy abundante o muy escasa podría ser síntoma de una enfermedad.

Las infecciones por levaduras pueden sobrevenir después de un tratamiento con antibióticos administrado por otra causa. Los antibióticos alteran el "equilibrio" normal que existe entre los microorganismos presentes en la vagina al suprimir el crecimiento de bacterias protectoras que normalmente tienen una acción antimicótica.

Las llagas o lesiones de los genitales femeninos tienen muchas causas; a menudo, las lesiones más preocupantes son las que se presentan en las enfermedades de transmisión sexual.

El colposcopio es una especie de microscopio o lente de aumento que permite visualizar a mayor tamaño los tejidos y que sirve para detectar lesiones tanto benignas como malignas a nivel de cuello, vagina, vulva, etc.

La colposcopía es un procedimiento médico consistente en la observación microscópica del epitelio cuello uterino, paredes vaginales así como entrada a la vagina, que permite identificar lesiones precancerosas con gran precisión. Este procedimiento permite realizar con mayor exactitud y seguridad el Papanicolau o toma de biopsias ante la presencia de lesiones sospechosas en el cuello uterino

La colposcopía no provoca dolor ni sangrado, se realiza en pocos minutos, es seguro, no requiere hospitalización y terminado el estudio, la paciente puede regresar a casa.

¿Cómo se realiza el examen?

Se le pide a la paciente acostarse sobre la espalda con los pies en los estribos de la mesa de exploración ginecológica; se le introduce un espéculo (un instrumento usado para mantener abierta la vagina y poder visualizar y examinar el cuello uterino), Se le aplica al cuello uterino una solución química (ácido acético) para retirar el moco que recubre la superficie y ayudar a resaltar las áreas anormales. Se ubica el colposcopio en la abertura de la vagina y se examina extensamente el área e incluso se pueden tomar fotografías. Si el médico lo considera necesario dirigido por lo que observa a través del colposcopio puede tomar una muestra de tejido para biopsia.

Quién debe realizarse este estudio?

  1. Toda mujer que haya iniciado relaciones sexuales.
  2. Pacientes con resultado de Papanicolaou anormal (presencia de displasia o NIC)
  3. Control de pacientes con antecedentes de infección por virus de papiloma humano o cáncer
  4. Pacientes con sangrado transvaginal anormal.
  5. Pacientes con flujo vaginal que no se cura con tratamientos usuales.
  6. Presencia de lesiones externas (verrugas, condilomas , úlceras, excoriaciones )
  7. Como estudio previo a la realización de operaciones del útero.

Preparación para el examen

No requiere ninguna preparación especial. Es recomendable el vaciamiento de la vejiga y el intestino previamente al examen. No se deben practicar duchas vaginales, ni tener relaciones sexuales durante las 24 horas anteriores al examen.